Esta variedad se obtiene de la oxidación que se logra en un proceso de aireación y exposición al sol de las hojas del té. El tiempo de ventilado y secado es corto, donde se logra que la oxidación sea solo parcial y se fije así su característico aroma intenso, su sabor suave y afrutado, y los tonos rojizos de la infusión que se hace con él.

Por tanto, al tomarlo, este té ofrece un sabor a mitad de camino entre el té verde y el negro. No es tan floral como uno, ni tan fuerte como otro.

Las propiedades son su alto poder antioxidante, con beneficios claros para el sistema inmunológico. Gran capacidad para proteger células y retrasar su envejecimiento gracias a los flavonoides que posee. Además presenta propiedades anticancerígenas, que contribuyen a reducir el colesterol, la presión arterial y el nivel de azúcar en la sangre. Por si fuera poco, se sabe que protege al hígado, mejora las defensas y contribuye a quemar grasas. Es reconocido por ser digestivo, astringente y diurético además de su gran capacidad para luchar contra el estrés, y su poder para fortalecer los huesos o limitar los efectos de la diabetes.